A Moraira acudiste a visitarme. ¡Aquel día las flores se abrieron antes! Y madrugaron para ver en tus ojos de amor un rayo. La ardorosa impaciencia por estar juntos abrasaba las horas y los segundos. Y el sol clemente adelantó su orto resplandeciente. Las hierbas del camino se separaban para dejarte paso hacia mi alma. [...]
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